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6/02/2013

EL RÍO QUE ME NOMBRA

 
EL RÍO QUE ME NOMBRA
 
 Me acoplo a la miseria
de la patria como si fuese
una virtud que abarca
y gira el faro luminoso
del ayer.
Con ese carecer de luz,
con la tenebrosa bruma
que asusta los caminos,
me incrusto al terruño
cual si fuese un refugio
en medio del vendaval.
Otro sol aviva mi huella,
otro campo me retorna
a la vida,
cual si fuese un himno
o una estrella iniciando,
incluso, un sueño.
¿Cuántos soles sacuden
mis senderos cortados
de flores?
¿Cuánta vida estimula
el verso en donde no soy
más que una sombra
en medio de un rosal?
Oh, malévola lobreguez
que extingue y asombra
el río pródigo y colosal
que me nombra…
Ya nada evoca la demora
si no quepo en la tierra
en donde espero.
 
© Derechos Reservados/USA
Prohibida la Reproducción total o parcial,
por cualquier medio sin la autorización de la autora.
María del Mar - ISBN 1-257899-05-4
 

3/23/2013

MI VOZ

 

MI VOZ

 
He tocado los légamos
y he visto silenciar mi voz,
la he guardado desde
el nacimiento en donde
se deja todo escrito. 
Y renuncio a un lugar
de resguardo y me pliego
como se dobla un papel,
y me disminuyo hasta
ser hierba: una imagen
 sin morada y sin suerte.

Sufro en mi mediocre
padecer, de extensa
duración,
de cacique sin reino,
de peregrino grisáceo
que vive y tropieza 
entre las piedras…

He visto pasar de largo
la vid de mis sueños,
he visto el albo rumor
de verso salir de fiesta,
con sus aves de fino tul,
con sus magnificas alas
de porcelana volar
por las aceras de tibio
tapiz, de amplio pecho.
He abrazado la brizna
 del alba, y he visto
la quietud del amor
irse de viaje,
en su mirada de lluvia,
en su tregua de media
sombra.


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María del Mar - ISBN 1-257899-05-4

3/16/2013

Verde rumor de tiempo


VERDE RUMOR DE TIEMPO

A comienzos
de otoño,
no hay piedras
que me separen
de sus hojas,
de la matriz
interna del suelo,
de ti...
No hay sed
de verano
fuera del tiempo.
Así de simple,
así observo
la luz del alba
al convertirse
en árido duelo,
en larva...
De ahí me salen
los campos
y me remontan
los vientos;
el frío que sale
del norte nutre
un lamento hasta
las raíces,
hasta las cepas
que fiel topan
la misericordia,
un sentimiento.
 
II
Es como la niebla
que a mi lado turba
mi inmensa gloria,
es como la esfera
que rueda al compás
del tiempo,
en un andar descalzo
buscando el zumo
intenso
de la memoria.  

La hoja cae y se viste
de polvo. La hierba,
que en su tierna pompa
hechicera me aúpa hasta
la historia, me alegra.
¿Cuántas cosas
en su rigor se apagan
y dejan de ser ejemplos,
válidos momentos,
-lejana flor de tilo-
flor de invierno
naciendo?
 
III

A comienzos de otoño,
no hay cantos que de mí
no broten, un sufrimiento,
de gran inspiración,
de olvido en su inicial
descanso, en su eterno
y cruel alejamiento.
A comienzos de otoño,
la vida se me hace parca,
las ramas vuelan
y se vacían las algas,
de ese verde rumor
de tiempo que da
la espera.

 

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Prohibida la Reproducción total o parcial,
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María del Mar - ISBN 1-257899-05-4
 


1/12/2013

CLAUSURADA, desde Cuba

 
CLAUSURADA, desde Cuba
Muchísimas veces ocurre,
y no digo que no suceda,
que al estar ausente
el tiempo no es un adiós;
que el estar en un estuche
lleno de azulejos rotos,
no quita la brillantez
de mi alma ni la sacude.
Los túneles del olvido,
como hornos de crecerme
en esa sombra temblorosa
que arrasa,
no han sido sino una bandera,
una espada de seda,
una hierba en que reverdece
toda la noche, todas las razas.
Desde la angustia,
su compás sigue siendo eterno
como partituras de tiempo
a que me someto.
 
© Derechos Reservados/USA
Prohibida la Reproducción total o parcial,
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María del Mar - ISBN 1-257899-05-4