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11/20/2010

Te busco, amor


Te busco
en las rendijas
de las calles,
en la siembra
siempre virgen,
en la quebrada
que desciende
y en el silencio
que me toca.
Te busco
en el suelo
que pisaste,
en la flor
que recogiste;
en el aire
que gozaste.
Si yo pudiera
cantar al amor
sería justo
cantarte,
cercarte al sol
por un instante,
reír y besarte.
Si yo pudiera
decirte,
hablar de todo
un poco –menos
de la tristeza–,
que sólo sirve  
para rematar
los abrazos
que recorta
el tiempo…

Sol de las mil luces

Te adoro
y te bendigo
sol de las mil
luces,
tu eterna luz
está conmigo
cuando
me acuesto
y me levanto.
Verso y copa
es la lira
de tu llanto,
de alegría
tu alborada
cuando cantas
y me miras.
Y rezas, ríes
y hablas
en el altar
sin cruces,
en el umbral
diáfano
en donde
crecemos
juntos.

De la tierra


Entiendo que el dolor
siempre será una raíz
bajo la teja profunda
de la noche y de mi ser.
¡Azul, gris y azabache
son los colores
que dejan los dolores
en el pecho!
Áridos son los brazos
que techarán mi verso,
cuando el alba abrigue
con su capuz dorado,
los cascabeles lejanos
de la tierra.

Novencientas veces


 Novecientas veces
he puesto flores
en tu tumba,
novecientas veces
en vez de llorar sonrío.
Reverencias vagas
sobre tu sepultura,
secuestros del corazón
expuestos al consumo
del aire.
Novecientas veces
he tirado al viento
las palabras,
y  ese vano intento
me he valido.
 Novecientas veces
sueño contigo
y novecientas veces
me arrepiento.

En silencioso deletreo

De sentir el bamboleo
del viento preciso estar
frente a mi ventana.
Afuera, está lloviendo,
oscuro el cielo; mi alma
se entrega al suplicio
de no tenerte...
Las corolas del viento
se alzan contra la horma
de los siglos, como yo, 
cuando te recuerdo
en silencioso deletreo.

Río hondo


Dejo pasar
al hondo río
de ti,
por la bahía
de mis besos.
Loco
atrevimiento,
que late
dentro de mí
como un cauce
sin salida
o un borde
verde sin flor.
Ya no pecan
de afecto
el apacible
murmullo
de las horas,
ni se oculta
su morada
en mis labios
de amarte.
De tanto
desear
tus besos,
he quedado
sin lluvia
y sin fluido;
te has ido,
amor mío
de mi barca
ya a la deriva.

Entiendo


“Entiendo”
Esa es la palabra me sabe
a nada—. Todo lo entiendo.
Siempre he entendido
y oído el signo de los astros
a través de esa palabra
cubierta de razonamiento.
No sé si es aceptar,
negar o darme por vencida,
al reconocer o conformarme
de las cosas.
Y al entrar a ese enorme
mundo misterioso y cruel,
no hago más que entender
que la vida es un festejo:
una infinita fiesta en donde
los justos no hacen más
que llorar su ignorancia.



TE AMO
Te amo
aun cuando sé
no me amas.
A veces,
pienso
que lo nuestro
fue así, así
como un viento
en alas
o un santuario
divino
en donde
te subí
por siempre.