Ya que me oculto detrás
del muro y los hombros,
has de saber que escondo
—detrás de mi frío velo—
mi rostro y mi desvelo
más allá de la esperanza.
¡Oh! partícula de sol
que me alcanza: tierra
y baranda, mar, eco,
nostalgia y luz; sangre
de voz y cruz flotante
al amanecer…
Nada se pega a mi piel
como la vida o el ámbito
anexo que reconcilia
mi sombra, en un avivar
agradable y totalmente
ilusionado.
pues si,me gusta
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