-I-
¡He dicho que me he ido
en el letargo! he perdido
esa partícula de gracia,
una pizca de mí -la otra
mitad de mí es el aliento-
y el sentido de lo dicho,
lo hablado se hizo eco
esa partícula de gracia,
una pizca de mí -la otra
mitad de mí es el aliento-
y el sentido de lo dicho,
lo hablado se hizo eco
en el bullicio del silencio
y la dermis de lo amado.
-II-
Otra parte de mí se escapa,
se cuela por la raíz y llega,
arriba al manto del verso
y se idiotiza, se pliega para ser
un cuento; se va de vuelo al mar
o contra el aire, en mi simple
e inútil eternidad de amarle.
y se idiotiza, se pliega para ser
un cuento; se va de vuelo al mar
o contra el aire, en mi simple
e inútil eternidad de amarle.
-III-
Ya no existen los coros
de ángeles ni la canción
de ángeles ni la canción
de los huesos, ni tomo
en serio la vida; la sed
en serio la vida; la sed
del dolor se seca, se corre
para ser fiebre y a la vez
para ser fiebre y a la vez
se embrutece en el ocioso
velo del contagio.
velo del contagio.
-IV-
¡Qué manera de rendir tributo
a los labios, de tanta honestidad
río en la noche!
© Derechos Reservados/USA
Prohibida la Reproducción total o parcial,
por cualquier medio, sin la autorización de la autora.
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ISBN 1-933439-04-4